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Un estudio reciente sugiere que los estudiantes adolescentes estadounidenses que participan en deportes de equipo parecen estar tanto mental como físicamente mejor que los que no lo hacen. La actividad deportiva en equipo para los niños en edad previa a la secundaria, es decir, entre los doce y los catorce ha dado buenos resultados en su crecimiento físico y mental. La disciplina, el trabajo en equipo y los roles de liderazgo comienzan a aprenderse dentro de un equipo deportivo. Los chicos aprenden a ser solidarios y empiezan a entender el significado del triunfo y la derrota. Los logros en equipo son valorados y los malos momentos se entienden más fácil en grupo, además que se empieza a sembrar la tolerancia a la frustración cuando no se gana. Adolescentes felices, asegura un estudio: "Otros estudios han examinado a adolescentes y hallaron de manera constante una relación entre participar en deportes de equipo y obtener mayor satisfacción en la vida, así como mejor salud referida por los mismos participantes", señaló Keith Zullig, coautor del estudio y profesor asistente de salud pública del departamento de medicina comunitaria de la Universidad de Virginia Occidental en Morgantown. Niños y niñas que jugaban en algún equipo señalaron que se sentían más saludables y expresaron más satisfacción general con sus vidas. Además, se halló que los niños que no practicaban deportes de equipo tenían cinco veces más probabilidades de decir que su salud física era "aceptable" o "mala", frente a los que hacían parte de un equipo. Las niñas que no practicaban deportes de equipo tenían treinta veces más probabilidades que sus compañeros que jugaban en algún equipo de percibir peor salud. "La ventaja de estar en un equipo deportivo es que hay un sentido de comunidad y hay mucha socialización", dijo. "Me parece que eso tendría o podría tener una gran influencia sobre la satisfacción en la vida entre los niños pequeños y entre la gente de todas las edades. Uno siente que hace parte de algo más grande".
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