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Montar a caballo es un deporte que muchas personas encuentran muy entretenido y apasionante, pero que, sin embargo, a mucha gente le da pánico. Pero es posible perder el miedo a montar a caballo sin tener que acudir a terapias profesionales, que conviertan el proceso en algo largo y costoso.
En muchas películas él o la protagonista salen con frecuencia montando a caballo, y mucha gente paga por ir a equitación, y, aunque a usted le de miedo, es necesario saber que puede perderse éste miedo a montar a caballo.
Para consegurilo es imprescindible comenzar montando un caballo de confianza, lo cua significa que usted esté familiarizado con el caballo y el caballo con usted,y se logra
teniendo contactos previos con el animal, consistentes en darle de comer, cepillarse, acariciarle, ect... y usted sabrá que es de confianza cuando se encuentre con que el caballo se acerca a usted cuando le divisa venir desde lejos.
Es muy importante empezar suavemente, sin estres. Primero simplemente sobre el caballo, sin hacer ninguna cosa más,y cuándo logre permanecer encima del caballo sin caerse, y permaneciendo totalmente en un estado relajado, puede avanzar hacia el siguiente paso: montar a caballo y dar una vuelta con él, pero no lo hará al galope, sino al trote. Recuerde que trotar es que el caballo camina , mientras que galopar significa correr. Ésto se hace debido a que es adecuado conseguir trotar, primero distancias cortas, y luego irlas alargando, y no galopar hasta no dominar el trote, es decir, hacerlo sin ponerse nervioso. Normalmente se requiere de la ayuda de otra persona que conduzca la rienda del caballo, pero sin estar montado en él, especialmente al principio.
Es fundamental e imprescindible colocarse el equipo de protección, pues evitará lesiones. Un buen casco protege frente a golpes en la cabeza, unas rodilleras, coderas, y botas adecuadas para montar. Debe usarse incluso aunque se tenga la parte de alrededor del caballo con colchonetas elásticas o en un suelo especial de resina para amortiguar golpes, similar al que se emplea en las zonas de juego infantil de numerosos parques públicos. Es algo bastante fácil de entender que si se cae, algo que suele suceder cuando no se está familiarizado con el caballo, y a veces, simplemente pasa, y al llevar protección, solamente hay que levantarse del suelo y volverse a montar, es más fácil perder el miedo y llegar a aprender a galopar, que si al caerse se sufren lesiones graves por intentar montar a caballo son medidas de protección personal.
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