|
“Curan” de errores a series médicas
Estudios han demostrado que la información que dan estos programas influye en los televidentes, inclusive en algunos que trabajan en el área de la salud
En ER una doctora descuidada diagnostica a una mujer con asma, y luego de un análisis de sangre le comunica que tiene leucemia avanzada. En tanto, en un episodio de Dr. House los médicos atienden a un paciente de estrongiloides, enfermedad que, aseguran, se adquiere por caminar en las playas de Tailandia. La verdad es que la leucemia avanzada no se detecta con un simple estudio sanguíneo ni el estrongiloides es actualmente exclusivo de ese país asiático. Y aunque los guionistas de estas y otras series médicas argumentan que no fueron creadas para ceñirse a la realidad, estudios han demostrado que la información que dan influye en los televidentes... inclusive en algunos que trabajan en el área de la salud. Según investigadores de la Dalhousie University (Halifax, Nueva Escocia), luego de analizar, en febrero pasado, 327 episodios de Grey’s Anatomy, Dr. House, Private Practice y ER, se encontró que de 52 emergencias presentadas en hospitales, 25 fueron enfrentadas con prácticas inapropiadas, en 17 se aplicaron correctamente los primeros auxilios y en 15 casos no se pudo determinar la atención requerida. A partir de entonces, Hollywood, Health & Society (HH&S), una organización sin fines de lucro, actúa como asesora de la industria del entretenimiento en Estados Unidos.Su misión es contactar a los guionistas de las series con expertos médicos, para garantizar la precisión de los tópicos de salud que se tratan en películas y series de televisión. Peter Blake, uno de los escritores de Dr. House, admite que la preparación a la que actualmente se someten es exhaustiva, pues deben asistir a simposios completos de medicina con diferentes especialidades, según el padecimiento que vayan a tratar en los episodios. “La premisa es no dar información errónea, y para cumplir eso, por ejemplo, David Shore (creador de Dr. House) escuchó un discurso acerca de la malaria y luego tuvo que escribir un episodio en torno a ella, involucrando a todos los personajes y otras situaciones. “La responsabilidad es doble: hablar con verdad y contar una historia buena y atractiva. El único inconveniente para nuestro show es que narramos un drama misterio en el ámbito de la medicina y no tenemos tiempo de explicar todo lo que implica una enfermedad. No es un programa médico”, indicó Blake en una de las reuniones de HH&S. Si bien los fanáticos de las series no encienden su televisor para ver una cátedra de medicina, pueden encontrar hechos posibles en las historias de ficción, aseguró Tony Phelan escritor de Grey’s Anatomy. “Todo lo que sucede en el espectáculo es, al menos, posible. No ponemos medicamentos falsos, nos esforzamos en las posibilidades, aunque sean muy remotas. Siempre se puede tomar una idea y modificarla para adecuarla a la esfera de la verdad”, dijo Phelan en entrevista para Grey’s Anatomy the Oficial Magazine. Sin embargo, Jorge Díaz, coordinador de guiones de la serie española Hospital Central, la cual cuenta con 15 temporadas, defiende el uso de la ficción en procedimientos que define como aburridos o tediosos. “En los hospitales de la vida real, el 99 por ciento de los pacientes que llega en un día no tiene ningún interés dramático. Si nosotros hiciéramos un capítulo donde aparecieran 60 personas seguidas con gripe, el aburrimiento de la gente sería tal, que apagaría la tele. Por eso se elige al caso excepcional para mostrarlo en un episodio”, dijo.
Así me lo recetó... la TV En su afán por imprimir más dramatismo, los shows muestran algunos errores: - En las convulsiones intentan sujetar al paciente convulso e incluso colocan objetos en su boca para evitar que se muerdan. Ambas son prácticas equivocadas, dicen los expertos. - En los ataques cardíacos se recurre al estereotipo de sujetarse el pecho, pero los síntomas son molestias en brazos, estómago, cuello y espalda. - Cuando un paciente llega infartado, se muestra que rápidamente le es aplicada una máquina desfribiladora para reanimarlo, pero nunca se realiza a esa velocidad. - Aunque los medicamentos habitualmente son correctos, las dosis no son las indicadas.
|