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En éste mes de octubre, se realiza el evento del apoyo al cáncer de mama, para apoyar a las víctimas, y  para concienciar a las demás personas, especialmente a otras mujeres, de que también ha de hacerse prevención para poder detectar y eliminar la enfermedad en fases tempranas, o mejor aún, prevenirla antes de que se desarrolle.
Hemos elegido para este evento el poema de Felipe Antonio Santorelli, por su belleza a la par que utilidad en la vía de apoyar los objetivos antes mecionados de prevención y apoyo.
El poema es el siguiente:
Cáncer de mamas (sonetos encadenados)
I
Descubriste ese bulto de tus senos
y te aterra saber de ese sarcoma;
lobulillos que gimen; ¡ya no es broma!:
te deshaces en llantos y venenos.
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Multiplícanse células sin frenos
dañando la bondad de tu redoma;
rojez; que te estremece, cuando asoma
anunciando infortunios nada buenos.
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Temerosa, dolida y asustada,
te deprime el futuro neblinoso.
Te entristece el posible desenlace
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de tu vida sufrida y angustiada.
¿Aceptar un dolor tan oprobioso?:
-¡Es destino!, no importa lo que pase.
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II
Si tan sólo te hubieran prevenido
y con tiempo te hubieses revisado,
ese quiste no habría generado
un sarcoma tan grueso y expandido.
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Si tan sólo te hubieran advertido,
si con tiempo hubieses consultado,
ese grano pequeño y descuidado
no te habría; ambos pechos, invadido.
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Has ajado una vida lastimada,
devastando el mañana de otra dama:
¡carcinoma asesino y criminal!
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Derramando ponzoña envenenada;
amenazas postrarla en una cama
destilando despacio su final.
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III
La metástasis cumple su promesa
y los ganglios; infiltra, sin piedad;
nadie osa ya fijarse en la verdad
mas las cartas ya están sobre la mesa.
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Al fin; cáncer, entregas tu remesa
sin mostrar compasión ni caridad.
Santo Dios, es tan cruel la realidad
que depreda de tu alma nunca ilesa.
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Plañidero desastre concerniente
a toda una familia destrozada
que soporta silente su dolor.
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Queda apenas un último aliciente
y es mentirte, buscando la tonada
de alegría que cese tu terror.
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IV
Tu familia acompaña tu gran pena,
tus amigos auguran sanación,
los doctores te ofrecen curación,
y aun así, nada de esto te serena.
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Te percibes atada a una cadena:
Con químio, cirugía y radiación
destruyese tu noble ensoñación
y te arrastras; sumisa, a una condena.
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Mas la muerte; acechando paso a paso,
te descubre optimista y melindrosa
y te impulsa; dolida, hasta su altar.
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Vivirías aún, si; dado el caso,
te hubieras sometido (presurosa)
al examen periódico habitual.
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Hagamos la grafía de las mamas
y el examen periódico habitual
pues el cáncer demacra nuestras damas
propinando pesares sin igual.
Felipe Antonio Santorelli
(http://poemascientficos.blogspot.com.es)
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