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A casi toda la gente le encanta comer pasteles, pero hacer muchos pasteles, ricos para el paladar y que agraden a la vista, es un arte que pocos consiguen.
Un buen pastelero profesional siempre encuentra trabajo, pues, incluso en tiempos de crisis, la gente sigue comprando tartas para celebrar cumpleaños y dulces para alegrarse la vida.

A la hora de buscar un buen curso, es preciso asegurarse de que con él se obtenga una titulación homologada, pues los restaurantes y pastelerias profesionales lo solicitan para trabajar.
A menos que no quede más remedio, es preferible evitar hacer cursos enteramente a distancia, pues no tenemos la seguridad de estar aprendiendo al máximo, al no tener un profesor al lado que nos indique si el pastel esta bien hecho, o si aún podría quedar mejor, pues para obtener un buen puesto de pastelero lo ideal no es ser mediocre o bueno, sino ser el mejor de todos los candidatos posibles, y de hecho, en los restaurantes lujosos, dónde un pastelero de alta gama gana más de 2000 euros al mes por una jornada de 35 horas semanales, en la prueba de contratación se pide hacer un pastel, y se deja al candidato en la cocina haciéndolo, con el jefe de cocina mirando a ver si trabaja bien (cumpliendo la normativa básica de trabajo en cocina, que también se aprende en el curso de pastelería), y evaluando el aspecto y sabor del producto final.
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