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Las manos han de estar siempre limpias al tocar al niño, ya que son el mayor vehículo de infecciones.
La habitación debe estar bien ventilada, a una temperatura agradable y sin corrientes de aire. Si hay calefacción, pongan un recipiente con agua para que el ambiente esté húmedo.
Coloquen al niño boca arriba o de lado en la cuna para dormir, es la postura más segura. No le pongan almohada.
Desde su nacimiento, el bebé necesita manifestaciones de afecto cuando está despierto: cogerle en brazos, acariciarle, hablarle o cantarle. Ningún niño se "malea" con esto.
El llanto no siempre es por hambre, sino también por calor o frío, dolor, sueño, etc. Cuando llore su hijo, atiéndanle lo antes posible.
Deben confiar en su propio sentido común y en su capacidad para cuidar al niño, si la madre se encuentra muy cansada, nerviosa o triste, lo mejor es pedir ayuda a otras personas.
No fumen en presencia del niño, porque él también respira el humo y además es causa frecuente de quemaduras accidentales.
En general no es aconsejable ofrecer el chupete a niños alimentados al pecho, pues dificulta el inicio y disminuye la duración de la lactancia materna. No obstante, si su hijo lo usa, lávenlo con agua cada vez que se caiga, hiérvanlo con frecuencia y cámbienlo por uno nuevo de vez en cuando.
Eviten en lo posible el contacto del niño con personas con enfermedades contagiosas (gripe, catarro, etc.).
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